jueves, 3 de julio de 2014

Coltan, el viaje maldito.


La columbita-tantalita —abreviada como coltán o coltan — es un mineral óxido. 

La columbita está compuesta por óxidos de niobio, hierro y manganeso y la tantalita está compuesta por óxido de tantalio, hierro y manganeso en cualquier proporción.


Son escasos en la naturaleza y dan un claro ejemplo de materiales que han pasado de ser considerados simples curiosidades mineralógicas a estratégicos para el avance tecnológico debido a sus nuevas aplicaciones.

El principal productor de coltán es la República Democrática del Congo con cerca del 80% de las reservas mundiales estimadas, si bien existen menores reservas probadas o en explotación en Brasil con el 10% de las reservas, Sierra Leona con el 5% de las reservas, y un 5% alrededor del resto del mundo.


La República Democrática del Congo posee el 80% de las reservas mundiales estimadas de coltán. Como este mineral está considerado como recurso no renovable altamente estratégico, existe una guerra en el Congo desde 1998.

Según las Naciones Unidas, el Ejército Patriótico Ruandés ha montado una estructura para supervisar la actividad minera en Congo y facilitar los contactos con los empresarios y clientes occidentales.

 Traslada el mineral a Ruanda donde es procesado antes de ser exportado. Los destinatarios finales son Estados UnidosAlemaniaPaíses BajosBélgica y Kazajistán. Esta guerra, directamente relacionada con la explotación de este mineral, arroja un saldo de más de 5,5 millones de víctimas, lo que supone el mayor número de muertes desde la Segunda Guerra Mundial.


Charles de Gaulle

de Gaulle, era miembro del Priorato de Sión. Este político francés tenía su propio ejército privado para defender -explotar-, los recursos de las colonias francesas en Africa.

La explotación del coltán, especialmente en Congo, ha ocasionado diversas polémicas sobre las posibles consecuencias a nivel social y ambiental. 

La explotación de este recurso ha alimentado conflictos armados entre facciones locales, apoyadas, en algunos casos, por gobiernos extranjeros como el de Uganda

Esto plantea un dilema moral similar al de la comercialización de diamantes de guerra.

 Otras preocupaciones derivadas de la extracción del coltán pasan por la explotación laboral de los trabajadores que participan en la misma o la destrucción de ecosistemas, pues los principales yacimientos coinciden con los hábitat de gorilas en peligro de extinción.

El contrabando de coltán también se ha identificado como la mayor fuente de ingresos para la ocupación militar del Congo.









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